11º C en Beirut, llevaba 2 días sudando frío gracias a un jetlag más fuerte de lo normal. Franco me veía intrigado preguntándose ¡¿Pero si viaja todo el tiempo, qué carajo le pasa?!.
No sabía como explicarle la terrible sensación que me daba ver bombas detrás de mis párpados, edificios cayéndose como que si en efecto fueran de arena, yo sentía lo que ahí había ocurrido. Y yo dije, claro él no me entiende, mientras yo veo bombas, él ve como los velos حِجَاب ḥiŷāb de libanesas hermosas se convierten en los escotes de su próxima colección de vestidos.
Los dos vivíamos la misma experiencia de dos maneras completamente distintas.
Franco con la más solemne intención de ayudarme, me dijo: te voy a llevar a un sitio especial.
La Plaza Samir kassir era paradójicamente lo opuesto a lo que yo había percibido de la ciudad hasta el momento. Cuando vi mi reflejo en el agua descubrí la inmensa paz de los fallecidos. Cuando un alma se va NO EXISTE la yihad, ni el conflicto, simplemente es libre del pasado.
Entonces ahí cuando cerré los ojos ya no veía bombas, ahora veía telas y texturas, veía formas y colores... entonces por un instante me percaté... estoy en la cabeza de Franco, ya no era yo.
Los 2 mins siguientes fueron aún más extraños.
Carecía de forma, era húmeda y sublime... era el agua, era el reflejo de la muchacha con los ojos cerrados que se parecía a mí... oh no disculpen esa era yo o al menos ese era mi cuerpo que esperaba a que mi alma volviera después de haber sido Franco, después de haber sido agua.
Franco, luego de darse cuenta de mi cuerpo vacío me llamó como un cable a tierra. Cuando abrí los ojos me dijo, sé lo que acabas de hacer... la pregunta ahora es: ¿cómo lo hiciste?
Yo con una semi-sonrisa le dije: se nos hace tarde... es hora de un café con borra, aquí nos leerán el café y sabrás tu futuro... aunque que importa el futuro cierto, sí en el pasado hubo bombas y muertes, aún así hallamos la paz en esta plaza... es mejor disfrutar este presente esperando en paz el futuro.
Enseñando Aprendemos
Séneca
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