sábado, 24 de abril de 2010

MATAHARI - Cuando sea grande quiero ser una ESPÍA

Digamos que era una niña poco convencional, y en el fondo a mis 24 años, sigo siendo una niña poco convencional, mientras todas quieren ser maestras, pediatras o veterinarias, yo quería ser ESPÍA, luego me dio por querer ser PRESIDENTE, pero con los años ahora sólo quiero ser YO, bajo la piel en la que estoy y no hay ningún sitio mejor.

Sin embargo, mis rarezas tienen un origen que justifica muy bien mi personalidad, es que... he conocido gente bastante diferente.

Cuando tenía 11, mis papás empezaron a enviarme a estudiar cada verano a Long Island para aprender inglés, entre mis faculty advisors, siempre nos pasa a todos, nos enamoramos de alguien completamente fuera de nuestro alcance, pero a esa edad no sé tanta admiración hizo que me enamorara inocentemente de un profesor, que para mí, sabía todo de la vida. (todo, es mucho, pero así lo veía).

Mi profesor un señor bastante mayor, tenía los nudillos llenos de callos, cuando joven fue un marine, y cuando navegaba pasaba el tiempo entre leer y el boxeo, sabía de arte, de música, de comida, de historia, de idiomas, y justo ahora mi corazón super late recordando sus ojos azules (A los 11 años!!! fui un poco precoz).

En fin, llevo como 10 años sin verlo, pero lo recuerdo con nitidez. Él sabía todo de mí, de cada alumno tenía un score card, y pues sentía bastante interés por todos.

Como todas las muchachas del dormitorio eran mayores que yo, pues tuve que hacer lo que hacían ellas, mexicanas y dominicanas eran unas desastrosas... llevabamos 3 noches escapandonos por la salida de emergencia, cosa que podía mandarme de regreso a Caracas, pero pues la adrenalina siempre me ha gustado.

Al tercer día de escapadas, juramos que nadie nunca se iba a dar cuenta, pero esos ojos azules llegaron en el desayuno directo sin decir buenos días a mirarme con seriedad y preguntar: Que tal tu noche? parece que no han descansado mucho? meee puse helada y respondí: Dormí como un bebé... gracias.

Casi de noche, se me acercó y me dijo: me caes bien, pero nunca más me vuelvas a mentir, la mentira es para los cobardes. y... sonrió. Me tocó la cabeza, y dijo: te graduaste de ASPIRANTE A MATAHARI.

Ya luego, pues le pregunté mucho de Matahari, y pues el me contó su aventura, y más allá de su trágico final, como no voy a querer tener la adrenalina de una espía.

A veces cuando quiero algo con fuerzas me digo, piensa como Matahari. Puede que todavía esté a tiempo de mandar mi CV a la Interpol.




Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes.

Chavela Vargas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Get free cursors