Diferencia entre un turista y un VIAJERO - mensaje de Navidad 2010

Como creo que la Navidad es plástico chino y consumismo, yo quería dejarles un regalo eterno, un regalo que los marcara y los acompañara el 2011 en su camino.

Para ser viajeros no es necesario viajar mucho, o conocer muchos países, eso sería sólo el valor agregado de viajar. Hay quienes conocen el globo entero y siguen siendo turistas, vulgares turistas.

Los viajeros son distintos, los viajeros nos reconocemos con vernos. Nos hemos simplificado en el camino, nos cansamos de cargar con sobrepeso, de hablar demasiado, de ser muy simpáticos o de aferrarnos, porque un viajero sabe que la gente va y viene, un viajero sabe que el vuelo así diga "Delayed" sale en el momento exacto.

El viajero para dejar de ser turista, comprende el camino, lo aprehende y se funde con él, lo asimila y sabe que aunque se aleje de él, el camino siempre estará ahí, porque siempre lo ha estado... listo ahí para acogerlo cada vez que decida regresar.

Un turista se desespera por llegar a su destino, en línea recta y sin escalas.

Un viajero no cree que las distancias sean largas, y está conciente de que a veces es necesario redundar, experimenta la paz del camino, y cuando la pierde, su oscuridad es más oscura que la de aquellos que no se percatan que el camino está ahí.

Y a veces un viajero se olvida del camino, o no sabe por que lo perdió, pero Dios tiene sus métodos, no se puede tener luz sin conocer la oscuridad.

Cuando el viajero que se perdió retoma el camino, será más brillante que nunca, y en ese momento él sabrá porque tuvo que perderlo, aceptará la lección y agradecerá sinceramente por la oscuridad que le recordó al camino.

Para finalizar, no sé si Jesús existió, y me enferma la manipulación que hay entorno a él, respeto los credos de todos, y aunque no me cosidere cristiana o católica, todos deberían conocer el verdadero mensaje cristico e independientemente de cada religión, llevarlo en el corazón.

Para estar con la familia no es necesario que sea navidad, para querer, perdonar y amar al prójimo no hace falta que te laven el cerebro con plástico chino. Hazlo todo el año-

Amarás a Dios por sobre todas las cosas.
Primer mandamiento.