domingo, 26 de junio de 2011

::: Desahogo 550: Las 3 estrellas

Tengo recuerdos muy nítidos de mi infancia, y hasta podría decir que casi desde que tengo uso de razón siempre busco las estrellas como garantizándome de que sigo viva en el mismo planeta.

Habían 3 estrellas que con un poco de ansiedad siempre buscaba, tardaba unos 10 segundos en encontrarlas y luego respiraba con calma, confiada de que todavía estaban ahí, nadie se las había llevado.

Cuando era pequeña, algunos 7 años y medio, mi prima y yo, que somos de la misma edad, teníamos el típico pasatiempo de contar estrellas, ese y el de la que encontrara un carro amarillo primero ganaba.

Mi tía que siempre nos veía jugar siempre nos decía… niñas no cuenten estrellas o les van a salir lunares, algo de cierto debe tener su regaño porque estoy minada de lunares.

Tengo 3 muy especiales, a la altura del cuello del lado derecho. Abdul los tiene igual pero del lado izquierdo, a lo mejor de niño también contó estrellas, y me recuerda “él también fue un niño”.



Ahora después de tanto tiempo sigo con mi mismo juego porque “OLD HABITS DIE HARD”, y es uno de los hábitos que me acompañará hasta el final de mis días.

En las mañanas cuando me estoy cepillando, ya no busco en el cielo las 3 estrellas, yo me miro al espejo, ahí sigue la misma niña, y veo en mi cuello mis 3 lunares para garantizarme de que sigo viva y todavía no me mudo a otro planeta.


Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya...
... Todas las personas mayores fueron al principio niños.
El Principito.

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