miércoles, 31 de octubre de 2012

El ego sapara. El amor une.

 El camino de un místico es un proceso difícil, consiste en indagar en lo más profundo de sí mismo y batallar contra nuestra propia sombra para transformarla en algo maravilloso.

 No sabría decir cuando empecé en mi proceso, me da la impresión de haber nacido así. Sin embargo hay temporadas de misticismo más intensas que otras.

 Hace algunos años, en medio de una de las batallas personales más dolorosas que pueda recordar, estaba llena de juicio hacia una persona, ira. Estas batallas son imprescindibles para elevar al alma, una vez superadas.

 Por mucha paz que buscara meditando mi sombra se encargaba de recordarme que aún estaba ese sentimiento oscuro ahí dormido en silencio y torturándome en mi subconsciente, era algo interno, nunca lo exteriorice, no creo ni siquiera que nadie se haya enterado por lo que pasaba.

 Sin embargo, existe un estado, un breve momento, de unión con el alma, en la que la revelación se nos hace evidente y viene la sabiduría superior. 

Cuando mis ojos chocaron sus ojos, en un inexplicable momento pude notarlo. Esa persona, ella a quien siempre juzgaba, no había más barreras entre las dos, fue un silencio donde noté que ella y yo eramos la misma persona, entonces una profunda paz de identificación nació en ese instante.

La separación es ilusoria.

Luego deje de ver lo externo como un hecho aislado, y comprendí que la parte de afuera de mi cuerpo, el aire, la tierra, el cielo, absolutamente todo, vivo o no, era parte de mí, una extensión de mí, es más, era YO.

Esto me hizo ser más amable con el mundo y conmigo misma, se perdona todo, se vive en amor.

Pero más aún me hizo diferenciar entre el ego y el amor, como dos energías que unen o separan pero que son necesarias.

Y cómo los diferenciarías?

El ego es el mecanismo que te hace un individuo, lo que aprendemos cuando nacemos, un nombre, un cuerpo, la voz de la mente. El ego nos sirve para sobrevivir en esta dimensión, tiene memorias, a veces coopera con nosotros y a veces nos confunde.


El amor, es más simple, es un estado de gracia, un espacio, un nivel de conciencia en el que la separación no existe y todos somos UNO.

Luego, más profundo aún, noté la sagrada y silente presencia, la que observaba al ego y la que sentía el amor, la que notaba la voz de la mente, y todo lo hacía como expectador. Esa presencia es quien verdaderamente soy, y esa misma presencia observadora y callada está en cada uno de nosotros.

PD: Para más preguntas o comentarios no dudes en contáctarme a mi correo nelsy1903@gmail.com

SIN FINES DE LUCRO y en PRO DEL DESPERTAR DE LA HUMANIDAD.

Nelsy Carolina Rodriguez - Bolkiah.





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